La silla no era un buen
lugar para dormir, lo había comprobado aquella misma noche. Al levantar la
cabeza del escritorio, reprimí un gemido de dolor y me llevé una mano al cuello
para masajeármelo.
-Ay… -susurré
repetidamente. Me incorporé lentamente. Mi reloj de mesa marcaba las nueve de
la mañana. Pese a que había dormido escasas siete horas, me sentía
completamente despierta. Sin embargo, no me había cambiado de ropa desde ayer y
decidí ponerme un pijama para estar por casa. En el momento en que empecé a
levantarme el jersey noté como si unos ojos me atravesaran la nuca y por
inercia giré.
Me había olvidado de
HongBin, semi incorporado en la cama, y de su actual pelo revuelto. Tuve que
reprimir un chillido de vergüenza por lo que había estado a punto de pasar.
-Por mí no te cortes.
Siempre viene bien alegrarse la vista –se buró él, y mi cara tomó un color
carmesí intenso. Decidí relajarme antes de decir cualquier cosa de lo que
pudiera arrepentirme luego.
-Muy gracioso –ironicé y
di varias palmadas-. En serio, te felicito. Deberías hacerte humorista.
HongBin resopló y se
encogió de hombros.
-Eres aburrida –espetó
directamente, algo que me sorprendió y me fastidió. Me acerqué, dispuesta a
hacerle tragar las palabras a puñetazos si hacía falta, pero él simplemente me
agarró de la muñeca y acabé estirada en la cama bajo su cuerpo. La sangre se
agolpó en mis mejillas y me removí para salir.
-¡¿Qué haces?! –exclamé,
nerviosa.
-Es divertido ver tus
reacciones en estos casos… -Estaba tan alarmantemente cerca… sentía su
respiración a menos de dos centímetros de mi, con esos labios carnosos
entreabiertos y esa fragancia natural… me asaltó un gran deseo de besarlo. ¡No
podía ser! ¡Estaba ansiando besar a aquél que me estaba acosando!
-¡Deja de controlar mis emociones!
–le grité. Por un momento pareció desconcertado, como si no supiera de qué
estaba hablando. Entonces cambié de táctica-. ¿Qué clase de genio eres? ¿Un Dao? ¿O un Marid?
HongBin entrecerró los
ojos y me soltó. Bien, había conseguido mi propósito, alejarlo mientras mi
pulso volvía a su velocidad normal. Me senté en el extremo mas alejado de la
cama. Parecía pensativo y algo enfadado, y cuando volvió a hablar, su voz había
adoptado un matiz oscuro.
-Dado que de alguna forma
así lo entendéis los humanos, te diré que no soy ni una cosa ni otra. No me
vuelvas a comparar con esos.
La forma en que dijo
“esos”, dejó claro su profundo odio hacia las dos razas de genios. ¿Por qué?
¿Por qué tanto odio acumulado?
-¿Por qué guardas tanto
rencor a los de tu especie… y a la mía? –pregunté-. ¿Ese odio te deja dormir
con la consciencia tranquila?
-Como ya has visto, duermo
muy bien –cortó él, sin contestarme. Suspiré. Era un caso perdido. Un silencio
incómodo se instauró entre nosotros-. Soy un Djinn.
Lo volví a mirar. Djinn.
Maestros del aire, por lo que había leído.
-¿Entonces eres capaz de
crear comida? –inquirí, inocente. HongBin soltó una carcajada.
-No deberías creerte todo
lo que dice Internet.
-Ahora lo sé –asentí. Mi
móvil empezó a sonar a mi parecer, de un modo estridente-. ¿Sí?
-¡¡Alice!! –me aparté el teléfono
de la oreja ante la gran potencia de voz de mi amigo.
-Hola Ken –dije.
-Sabía que estarías
despierta –siguió-. Fin de semana. Fiesta de pijamas. En tu casa. El próximo
sábado.
Lo que fue excusa ayer, se
convirtió en realidad. Jae Hwan parecía leerme la mente a veces.
-¿Eso no es de chicas?
Estoy empezando a dudar seriamente de tu condición humana.
Lejos de sentirse
ofendido, se rió.
-En fin, ya sabes lo que
quiero decir. ¿Te parece bien? Leo puede traer patatas fritas y yo un par de
coca colas Light, así que solo tienes que poner la casa.
Miré de soslayo a HongBin,
que me observaba interrogante.
-Ken, este fin de semana
que viene no sé si…
-¡Genial! Allí estaremos el
sábado a las ocho de la tarde. ¡Asegúrate de acordarte! ¡Bye!
Y colgó. Así, sin más.
Parpadeé, consciente de
que tenía un grave problema.
-¿Tu novio? –curioseó el
genio.
-Mi amigo –luego
rectifiqué-. Mis amigos. Van a venir éste fin de semana a dormir y…
-No puedo alejarme
demasiado de tu casa, por lo que es imposible que esté en otro lugar. Pero
puedo hacerme invisible para ellos.
Tomé unos minutos de
reflexión.
-Prométeme que no harás
nada fuera de lugar.
HongBin alzó una mano y
puso cara de ofendido.
-Por favor… sé
comportarme. Y nuestro incidente de ayer no tuvo nada que ver. Me cabreaste
bastante así que tenía motivos –explicó.
Bufé. Estaba cansada de su
egoísmo. De pronto, una idea acudió a mi mente y me hizo proferir un jadeo ante
mi brillantez. ¿Cómo no se me había ocurrido antes?
-HongBin. Ya tengo
decidido mi primer deseo –me levanté-. Deseo que puedas ir y venir libremente
sin depender de mí o de tu recipiente hasta que se hayan cumplido los otros dos
deseos.
El Djinn, como un
autómata, levantó un brazo y chasqueó los dedos. Al momento pareció sacarse un
peso de encima.
-¿Por qué… por qué has
hecho eso? –dijo con un hilo de voz. Estaba desconcertado.
No supe exactamente qué
responder.
-Por que me apetecía –y
añadí-. Y así el sábado podrás estar donde quieras estar.
Me aguantó la mirada casi
sin parpadear. No sabía exactamente lo que me transmitían sus ojos; respeto,
comprensión… ¿Quizá algo de fascinación? No lo tenía claro.
-Eres… una criatura
extraña –expresó, sin ningún tipo de malicia. ¿Qué debía decir? ¿Gracias?
¿Debería ofenderme? ¿Contestarle alguna bordería?
-Me lo tomaré como un
cumplido – comenté, al fin.
***
La semana transcurrió
bastante tranquila, salvo por que HongBin, en vez de utilizar su “libertad
condicional” para irse y hacer algo de provecho, me acompañaba al instituto
todos los días, soltando comentarios sobre que los coches eran un arma de
destrucción masiva y bestialidades similares. El problema siempre venía con mis
mejores amigos. Después de clases, Leo y Ken me acompañaban un trecho, y
HongBin sabía exactamente cuando éstos daban la vuelta.
El jueves, sin avisarme,
llegado el trecho acordado me atrapó la mochila y se la echó al hombro. Pese a
mis protestas, empezó a levitar y a alejarse sorprendentemente rápido hasta
llegar a mi casa.
El último día de clase
ocurrió algo extraño. Mientras conversaba con los chicos, llegamos al punto en
que debían separarse de mí para ir a sus casas.
-Bueno, recuerda que
mañana venimos a dormir. Y ésta vez yo duermo en la cama –anunció Ken-. La
última vez me tocó el suelo, y paso de volver a sentirme contracturado.
-Ni lo sueñes, es mi casa
y mi cama, así que se hace lo que yo diga –me crucé de brazos.
-Oh vamos… tu cama es lo
suficientemente grande para los tres, y empieza a hacer frío…
-Sacaré la litera y subiré
la colchoneta hinchable –interrumpí. La última vez que habíamos dormido los
tres en la misma cama, ninguno pegó ojo. La cama no era tan grande.
-Como quieras… entonces,
¡Hasta mañana! –exclamó Jae Hwan, con su usual alegría. Leo, en vez de volverse,
se acercó y me alborotó un poco el pelo. Rezongué, molesta y acto seguido me colocó
un mechón detrás de la oreja.
-Ten cuidado –musitó, y miró
por encima de mi espalda, repentinamente serio y tenso. Me giré, temerosa de
que pudiera haber descubierto a HongBin, pero no había nadie. Los ojos de Taek
Woon volvieron a centrarse en mí. Una breve sonrisa fugaz fue lo que me dedicó
reemplazando la rigidez anterior y calmadamente llegó a la altura de su amigo,
que lo esperaba una calle mas lejos.
Esa forma de mirarme… era
diferente a como lo hacía normalmente. ¿En que pensaba Leo?
Uy uy uy ese Leo... lo ha visto, me juego la cabeza ><
ResponderEliminarY ese Hongbin, me gustaría tener un genio igual jajajajaja con eso te lo digo todo xdddd
A ver, a ver que pasa en el próximo capitulo hehe estoy a punto de terminarlo! :D
EliminarKya!!! no me digas que Leo se esta enamorando de Alice!!! Ja, ahora por lo menos Hongbin va a ver que Alice no es como los demas humanos, que ella es amable, TOMATE ESA HONGBIN XD unnie siguela plis, sube el proximo capi pronto *^*
ResponderEliminarMicaela, ya he colgado el siguiente capítulo!! ^^ Espero que sea de tu agrado, y espero tu comentario como siempre! ;;
EliminarQue fuerte... Fiestas de pijamas mixtas? Jajaja me parrrrrto. Y Leo sigue dandome mal rollo. No será él otro tipo de Genio o un casa genios? Me decanto por lo segundo de momento. Voy a seguir leyendo jaja
ResponderEliminarHAHAAHAH Te ha dado que pensar eh? xD Leo da mal rollo siempre en verdad xD
EliminarJopetas >...< los dejas muy interesantes T___T djsakdjksadj ( que suerte que he empezado a leerlos tarde i puedo seguir leyendo y no quedarme con la intriga hasta que subas otro ) -cara de malota -
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