Me pregunté seriamente si habría
algo después de la muerte. Nunca había estado tan cerca de ella como ahora y
quería pensarlo de verdad. La muerte sin nada después sonaba demasiado
horrible. Pero si tenía que morir por proteger todo aquello que quería… ¿por
qué no? El corazón se me encogió cuando recordé a mi madre y a mi padre. ¿Qué
iban a hacer ellos a partir de ahora? ¿Ken… o quizás Leo, les borrarían la
memoria? Me gustaría que así fuera. Todo sería menos doloroso para ellos.
También tendrían que suprimirles los recuerdos a la escuela entera. Menudo
problema les he dejado. Yo me moría como si nada y ellos cargaban con todo el marrón
consecuente. Egoísta pero… necesario.
Aún tenía a Hongbin. Él estaba
conmigo y aunque sabía que no podría protegerme más, todo estaba bien. Pero
todos mis sueños, mis ilusiones de poder verlo sonreír otra vez con alegría, de
compartir miles de experiencias… se habían acabado.
-
Apártala –ordenó Hyuna a Abel. Éste no se movió
al principio por la sorpresa, pero después de un momento sentí que alguien
tiraba del cuello de mi camisa con fuerza. Pese a todo, me aferré con más
fuerza a mi genio. Los trozos de tela que envolvían sus muñecas y evitaban el
roce de las cadenas, cayeron y Hongbin se estremeció de dolor pero no dijo
nada.
-
Pequeña niña torpe –espetó el hombre, con un tono
de voz molesto-. No tengo nada contra ti ni contra tu gente, solo obedezco órdenes.
Y si esta mujer me lo ordena, te partiré en dos con el látigo a ti también.
Rodeé al Djinn tanto como pude.
-
Tendrás que matarme antes de tocarlo un pelo –dije.
“Si, porque soy egoísta y no puedo verte sufrir más. Prefiero esto, mi
mente no aguantará tus gritos.”
-
Alice no lo hagas… -suplicó Hongbin contra mi
cuello-. Por favor… prefiero sufrir hasta el final a verte morir por mi culpa.
-
No es tu culpa, ni nunca lo será.
-
Yo te he metido en todo esto. Si no te hubiese
conocido, seguramente estarías a salvo.
-
Si yo no
te hubiese conocido, haría tiempo esta gente me habría localizado y utilizado.
Además… sin ti mi vida no tendría sentido.
Sollozó sonoramente, partiéndome
el corazón en mil pedazos.
-
Lo tienes todo en esta vida…
-
Me faltas tú.
-
¿Es que no piensas en mis sentimientos? ¿Cómo
crees que podré vivir después de…?
-
Ya está bien –cortó Hyuna, con desdén-. Me
ponéis enferma. No os preocupéis por saber quién va a morir y quién no, porque
lo haréis los dos –miró al anciano, que estaba impasible-, acaba con esto ya.
-
¿Por qué no lo hacéis vos? Tengo la sensación de
que usted, señorita, desea más que cualquier otra persona acabar con sus vidas –sugirió
Abel.
-
¡No me repliques! ¿Qué pasa si es así? Hoy no
estoy de humor. Y no quiero mancharme las manos.
El mayor Nefilim se encogió de
hombros. Era aparente que no le importaba nada lo más mínimo.
-
Siento lo que voy a hacer, pequeña humana. Sabes
que no te odio. Solo cumplo órdenes por un buen fondo monetario en el banco, y
ella puede proporcionármelo. Te aconsejaría que te pusieras algo en la boca.
Mis latigazos suelen doler bastante, pero intentaré no romperte los huesos en
el primer golpe.
No me moví. Estaba aterrada, pero
no dejé de abrazar a mi compañero. Antes de que el primer impacto llegara, la
voz de Hongbin me taladró los oídos con mi nombre. Ni siquiera fui consciente
en un primer momento de que sangraba abundantemente, con una herida monstruosa
en las costillas. No encontraba la voz para gritar, estaba en shock.
El segundo latigazo sí me hizo
aullar. Lloré de dolor y tuve la tentación de soltarme y acurrucarme en el
suelo. La risa histérica de Hyuna llenaba el lugar. Disfrutaba horriblemente de
lo que me estaba pasando, lo disfrutaba con ganas.
No recuerdo cuantos latigazos
fueron. Tantos que pensé que me dividirían por la mitad, puesto que ya no
sentía las piernas. Hongbin había dejado de chillar y me susurraba que todo
estaría bien, que pronto acabaría todo. Entendía a qué se refería. Pronto
dejaría de sufrir y moriría.
Que alguien… nos ayude…
Los latigazos cesaron. Una sombra
a mi espalda delató la presencia de otra persona. La genio Efreet soltó una exclamación
ahogada, que se vio interrumpida por alguien. Algo me dijo que no volverían a
golpearme, así que, sin fuerzas me solté rápidamente. No me importaba caer al
suelo, porque estaba al tanto de lo que me ocurría. Sin embargo quien fuera me
cogió, con una fuerza sobrehumana, entre sus brazos, evitando la caída.
-
Creo que hemos llegado un poco tarde, ¿no crees?
–dijo la persona más cercana. Un gruñido proveniente de otro lugar de la celda reveló
que no eran uno, sino dos individuos. El ambiente estaba cargado, como si
aquellos seres fueran extremadamente poderosos… y peligrosos.
-
Me conformo con haber llegado antes que tú, Ravi
–el otro habló con desdén.
-
Eh, calma, Hakyeon. Esto es una tregua, ¿recuerdas?
-
Lo que tú digas –contestó el nombrado-. Deberías
hacer algo con esos dos. No puedes encargarte de uno mientras la otra se te
muere en las manos.
-
Me ofende que dudes del Gran Duque del Infierno.
Pero lo dejaré pasar por hoy.
Las cadenas de Hongbin saltaron y
tras dar un par de traspiés pudo mantenerse estable. Luego se acercó a mí y me
tomó, alejándome del demonio. Me estaba constando cada vez más trabajo
respirar.
-
Alice… hagas lo que hagas, mantente consciente.
-
No me responden… las piernas… -notaba la
garganta seca y dolorida-. Lo siento, Hongbin… perdóname…
-
Shhh… no hables y guárdate las fuerzas –observó
a los recién llegados.
El que me había sostenido, era un
chico en apariencia joven, alto y esbelto, con el pelo blanco. Vestía ropa
totalmente oscura, y un par de sombras extrañas, homogéneas y casi translúcidas
le surgían de la espalda. ¿Estaba soñando?
El Duque del Infierno aguantaba
con una sola mano en el aire a un despavorido Abel, que se revolvía como una
anguila fuera del agua tratando de zafarse. Por otra parte, el segundo en
llegar, Hakyeon, presentaba un aspecto puro en todos los sentidos posibles.
Pese a tener el pelo rojo fuego, su atuendo elegante y níveo le otorgaba un
aire profesional. La piel, ligeramente bronceada contrastaba con la ropa. Un
aura divina estaba presente alrededor de todo su cuerpo, que brillaba con luz propia.
Sería hermoso como una estatua griega, si no fuera por la expresión feroz ante
la persona que “aplastaba” contra el suelo. Y esa persona era Hyuna, privada de
movimiento.
Hongbin los observaba en silencio,
receloso como un gato acorralado y abrazándome cálidamente en ademán protector.
-
¡Lo sabía! –exclamó Hyuk, rompiendo el
silencio-. ¡Sabía que Jae Hwan tramaba algo!
¿Ken? ¿Qué pintaba él en todo
esto?
-
Os veo algo confundidos, ¿me equivoco? –el
demonio se rió-. Supongo que, tal como están, merecen una explicación. Pero
antes… Hakyeon, la chica está a punto de morir.
Mi genio se tensó. Sus ojos se
desplazaron hacia los míos y su rostro se desfiguró. No sé qué pinta tenía ni
qué estaba viendo en mí, pero por su cara, no era nada bueno.
-
Dejemos que muera –propuso el ángel-.Así la
llave estará a salvo.
-
Sabes que ésta no es la manera –dijo Ravi, muy
serio. Se me cerraban los ojos, estaba demasiado cansada-. Vamos, Miguel… luego
podremos discutirlo y decidir su suerte.
Silencio absoluto. En mi opinión,
era como si ya me hubiese muerto, pero aún podía distinguir respiraciones.
-
Odio
profundamente que me llamen así. Y más aún que lo haga alguien como tú –gruñó Hakyeon.
En el momento en que inhalé una
gran bocanada de aire, las fuerzas volvieron a entrar en mi cuerpo. Noté la
piel y la carne de la espalda cicatrizar con suma rapidez y no supe si me
resultaba desagradable o reconfortante. Fui capaz de abandonar los brazos de
Hongbin y de ponerme en pie, casi recuperada. Las heridas más graves habían
sanado, pese a que las más superficiales seguían abiertas. Como si el haberme
curado tuviera contraindicaciones, fui presa de una gran debilidad y me apoyé
en el Djinn, intentando que todo a mí alrededor dejara de dar vueltas.
-
Esto no es posible… -mascullé-. Yo estaba… yo
estaba…
-
No te hagas muchas ilusiones –cortó Hakyeon-. Hay
mucho de qué hablar, y poco tiempo.
-
¿Cómo lograsteis venir? –inquirió Hongbin,
sarcástico-. ¿No se os priva a ángeles y demonios superiores el pisar suelo
terrenal? Que yo recuerde, ese fue el acuerdo cuando seres etéreos como
nosotros fuimos divididos en tres grupos. Luzbel y el Todopoderoso se enfadarán
mucho si os ven por aquí.
Ravi apretó los labios.
-
Mi señor Lucifer dejó atrás ese nombre hace
mucho tiempo. Te agradecería que no lo nombraras de esa manera. Vamos a la cuestión
que se nos presenta. Ángeles, serafines, querubines, diablos y demonios menores
pueden viajar a la tierra siempre que quieran. Ambos bandos se encargan de la
protección de los humanos, unos los corrompen, otros los salvan. Cuando
Demonios y Genios fuimos desterrados, se nos dio la opción a los primeros, de
poder llegar a la Tierra siempre y cuando se nos llamara mediante magia negra.
Ello es igual para los ángeles, pero utilizando la magia contraria. Pero la
peor parte fue para los Genios, que entraron en un bucle en el que tras ser
convocados y solicitados tres deseos, debían volver al objeto al que estuvieran
ligados. Pero en realidad –miró a Hongbin y a Hyuna-, vosotros no pintáis nada
aquí.
-
De momento –interfirió Hakyeon.
-
De momento –repitió- solo sois meros
instrumentos, títeres de la voluntad de Dios. Y en el momento en que apareció La Llave, no servisteis para nada más.
Desde arriba, San Miguel el arcángel y desde abajo yo, Astaroth, Duque del
infierno y máximo representante, hemos estado observándoos, buscando. Lo que
nunca imaginábamos es que aquella llave tan importante estuviera escondida en
una persona –me taladró con la vista-. En una estúpida humana.
Alguien farfulló algo. Hyuna
estaba blanca como el papel.
-
Sí, querida –dijo el ángel-. Has estado a punto de
matar al objeto necesario para tu venganza.
-
Hace muchísimos años, mataste a dos niñas
inocentes porque percibías que la llave estaba cerca. En el momento en que las
asesinaste, la llave desapareció y se reencarnó en ésta chica humana. La última
vez que sucedería. Nosotros, los seres sobrenaturales somos eternos, pero la
llave no. Una vez que mueras, se acabará ésta lucha.
Algo me decía
que debía salir corriendo, pero me quedé petrificada. Quería llorar. Era
demasiado para mí.
-
No obstante… -continuó el Duque-. No voy a
matarte.
-
¿Qué estás diciendo, Ravi? –bramó Hakyeon-.
¡Sabía que no podía fiarme de un demonio!
-
Nunca te he pedido que te fiaras de mí. Pero
cuando lo explique, ni tú mismo querrás matarla. Pero antes… -apretó el cuello
de Abel y el anciano se vio sumido en llamas infernales, gritando de dolor. Al
momento, desapareció.
-
¡Lo has matado! –exclamé, horripilada.
-
Error. He quemado
su cuerpo físico. Su alma está pendiente de juicio en el purgatorio –hizo aparecer
de la nada un sillón de piel negro y se sentó tranquilamente, como si estuviera
en su propia casa. Se cruzó de piernas y colocó las manos en los respaldos-.
Bueno, aquí va la verdad. La llave del infierno es en realidad La Llave Celestial. Guarda la puerta de
ambos planos, tanto angelical como demoníaca y además, tiene voluntad de Juicio. Si se destruye, se privará la
entrada y salida no sólo a nosotros, sino a las almas que deban ser juzgadas en
uno u otro plano.
-
Si eso llegara a suceder… -pensó Hyuk.
-
Las almas quedarían flotando en la nada,
sufriendo más horriblemente de lo que lo podrían hacer en el Infierno o el
Limbo. Con el tiempo, serían almas en pena que se dedicarían a hacer daño a los
humanos en forma de… fantasmas o poltergeist, como los llamáis vosotros. Y se
desataría un caos total que poco a poco acabaría aniquilándoos a todos.
Hakyeon tragó sonoramente.
-
Estás… mintiendo –tartamudeó-. No puede ser
posible…
-
¿Te enfrentarás a un futuro que no sabes si
puede cumplirse? ¿Te arriesgarás? Vaya, Hakyeon, ya no eres el ángel justo y
bondadoso que eras antes.
-
Y tú te has vuelto más inteligente.
-
Algunos vamos por el buen camino.
-
¿Por qué estáis aquí? –pregunté, era necesario recordárselo.
Fácilmente se iban de tema.
Ravi me atravesó con la mirada, y
cuando quiso contestar, el arcángel se le adelantó.
-
Para poder invocar a los de nuestras especies, hace
falta mucha energía física y un sacrificio. Para ángeles y demonios menores, el
sacrificio se reduce a cortarse la mano y ofrecer sangre. Pero si deseas
invocar a un arcángel…
-
O a un Duque como yo…
-
Debes hacer un sacrificio aún mayor. Y sin
contar la voluntad de invocar a ambos. El precio es altísimo, porque no vale
con la de una persona normal. Tienes que ser alguien con poderes sobrenaturales
o con una mezcla de sangre única. ¿Veis el pentáculo de sangre?
Ladeé la cabeza hacia donde
señalaba y se me pusieron los pelos de punta al ver que en el lugar donde
anteriormente yacía Ken, había aparecido un brillante pentáculo rojo.
-
¿Jae Hwan ha hecho todo esto? –pregunté,
atónita-. ¿Jae Hwan se dejó capturar para poder invocaros? ¿Sabía que íbamos a
venir?
-
Alice, no lo sabía –comentó Hyuk-. Yo debía
llevarle un relicario que tenía en su casa. Por eso estaba en ella en el
momento en que Leo me descubrió. Me hice con él, os intenté engañar pero… no me
habríais dejado marchar sin pruebas, y yo no podía deciros qué tramaba… ¡Por
eso te traje! Tenía la intención de persuadirte para que nos fuéramos y yo dar
media vuelta, o si me descubrías, noquearte, pero todo pasó tan rápido…
-
¿Para qué necesitaba Ken un relicario? –creí
estar haciendo demasiadas preguntas ya.
-
Ahí concentraba toda su fuerza divina. Fue almacenándola
durante años hasta que llegara el momento de liberarla. Supongo que utilizó la
fuerza que le quedaba en el cuerpo para crear un pentáculo sólido y lo selló
con la energía del relicario –se lo sacó del bolsillo. Era un collar de cuerda
negra con un portafotos en el centro. No sentía que despidiera nada especial,
aunque no esperaba que, siendo una humana corriente, pudiera sentir cualquier
cosa-. Extrajo lo que tuviese dentro a distancia, ya que no me era físicamente posible
dárselo en mano. Alice, no pongas esa cara…
Un golpe en el exterior lo
interrumpió. De la ventanilla embarrotada brotó una gran cantidad de agua que
nos empapó a todos.
-
¡Vaya! ¡Creí que tardarían menos en llegar! –se carcajeó
Ravi-. Vuestros amigos os intentan ayudar sin pensar que así os enterrarán
vivos.
-
Me llevaré a la Efreet al cielo. Allí juzgaremos
si dejarla en el Limbo o enviarla al purgatorio –anunció Hakyeon, y desapareció
en una explosión de luz. De nuevo, otra gran ola golpeó la pared, y los
barrotes chirriaron doloridos.
-
También debería irme de aquí. No me hace gracia
la idea de mojarme. Tengo una chimenea que atender –dijo el Duque, burlón, y
antes de girarse añadió-. A partir de ahora vuestras vidas dará muchas vueltas.
Hemos dado la alarma de que nadie en el infierno debe hacerte daño, “querida” Alice. Pero no todos los
demonios son tan elegantes y comprensivos como yo. Habrá quien anhele saltarse
las normas, y eso engloba también a los ángeles. Ellos buscarán tomarse la
justicia por su mano. No te fíes de nadie con un par de alas o buenas palabras.
Ésta quizás sea la última vez que nos veamos, pero si no es el caso, la próxima
vez atentaré contra ti.
Dicho eso, se esfumó en la
oscuridad. Un tercer torrente empujó las paredes y las venció. Me vi envuelta
en un mar de agua dando vueltas sin parar. No sabía nadar. La corriente me
había separado de Hongbin y atemorizada me dejé llevar hasta que mi cabeza colisionó
contra algo muy duro, desmayándome en el acto.
*********************
¡Otro capitulo subido! Además, aquí os dejo la guía de los personajes. Haz click AQUÍ
¡Espero que haya sido de vuestro gusto!
"Pos me mato" :O
ResponderEliminarComo te he dicho, me ha recordado a los episodios de Sobrenatural, como Ravi juega con el arcángel jajajaja ese humor que se gasta es bastante "Winchester"
Lo que viene siendo el capítulo me ha gustado, toda esa historia que se traían y Ken, que cabrón, lo que tramaba y nadie lo sabía loooool menos mal xDDD
Amo a Ravi, sí, me van los chicos malos jejeje igual sabía que de ayudarlos nanai... iba a hacer algo malvado jejeje
Y bueno Hakyeon siempre tira para lo celestial >< en mi oneshot igual, parece que no podemos verlo de otra manera jajaja igualmente se las trae también xDDD queriendo liarla >< pobre Alice, eso de ser la llave más que especial le está haciendo problemas por todos lados -más de los que irónicamente tenía- pero a ver que pasa cuando despierte, tengo varias hipótesis y me las voy a reservar... a ver si acierto xDDD
Bueno, ya dejo de delirar y me voy ><
PD: "Unnie, hermoso, espero el siguiente con ansias" <----- jojojojo lo siento xDDDDDDDDD
He leido todo normal hasta que he llegado a lo del PD. En serio?? HAHAHAHAHAH Nah, a ver, odio profundamente la gente que me viene con esas, y creo que tu también... Es que no pueden ahcer comentarios contructivos o comentar extensamente? No sé, esto no es un fanfic super mega hiper currado o de los mejores, pero considero que no es un fanfic más U_U
ResponderEliminarNo, no lo es... pero los míos tampoco y la gente me comenta así también xDDD sólo queda reírnos ><
EliminarUoooo, me podía esperar que apareciese cualquier personaje... Menos el arcángel y el duque del infierno jajajaja.
ResponderEliminarLa verdad es que el papel de Ravi, me ha encantado. Y lo de Ken... en fin, pobre Hyuk que lo sabía todo desde el principio y era de los que más recibía xd.
Waaaa aun faltan caps??? Me quede en suspensoo T.T
ResponderEliminarNo soy de leer fics pero este en verdad me encantaaaa :D