Primero, debo decir que no estoy tan contenta con el fanfic como podría estarlo. Es un poco mierdas(?) Aun así, gracias a los que me lean ♥ Es más un drabble que un Oneshot, pero qué se le va a hacer.
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PORQUE
TE QUIERO
-¡Repite
eso otra vez! -gritó alguien en el pasillo.
-¿Que
repita el qué? ¡Amaterasu es una diosa excelente! ¿Cuántas veces
tengo que repetírtelo? -rebatió con furia una voz femenina .
-¡¿Serás
merluza?!
-¡¡Cabeza
de alga!!
-¡¡Como
vuelvas a insultarme...!!
-¡¡Pero
si has empezado tu!!
-¡¡Porque
no dejas de decir tonterías!!
-Chicos...
-Apolo alzó las manos en ademán tranquilizador. El dios griego no
las tenía todas consigo. Las discusiones de Takeru y Kaori podían
llegar a los límites más insospechados, como una bomba de relojería
en una planta nuclear-. Estáis montando un alboroto, si seguís así
alguien podría...
-Tropezar
-interrumpió Tsukito detrás de ellos. Los tres lo miraron sin decir
nada y él observó a los presentes sin alterarse-. ¿Qué problema
hay?
-¡Hermano!
Ésta cosa
dice
que Amaterasu es mejor diosa que yo.
-¡¿Cómo
que cosa?!
Tsukito
ladeó la cabeza. Como era usual, su rostro no mostraba ningún tipo
de emoción.
-¿Eres
una mujer, Totsuka Takeru?
El
dios del mar puso los ojos en blanco, armándose de paciencia. A
veces olvidaba que su hermano no era demasiado avispado en según qué
cosas.
-¡Tsuki-Tsuki!
-se quejó Apolo, acercándose. Demasiado
infantil,
pensó Kaori, que giró la cabeza y se cruzó de brazos,
contrariada-. Ayúdame a poner paz, ¡por favor! Si Take-Take y
Ka-chan siguen peleándose...
-Totsuka
Takeru. Hanabi Kaori -murmuró-. Recomiendo dejar de lado la
discusión hasta el final de las clases. De lo contrario, me veré
obligado a hablar con Thoth-sama inmediatamente.
Un
escalofrío recorrió la espalda de los nombrados. Cualquier cosa
menos eso. Thoth-sama infundía un pavor casi enfermizo incluso al
mismísimo Thor, que no le temía a nada.
-Tampoco
hay que ser tan estricto, hermano...
-La
clase empieza en unos minutos -el dios de la luna se dio la vuelta y
se fue. Apolo empezó a aplaudir con renovados ánimos, sonriendo de
oreja a oreja. Era obvio que había previsto aquella resolución del
problema tan drástica.
-¡Como
era de esperarse de Tsuki-Tsuki! -cacareó. Ambos, Kaori y Takeru
parecían irritados con Apolo. La primera había bajado el mentón y
miraba el suelo, contando mentalmente hasta... mil. El otro por su
parte, se tapaba un oído con el meñique y lo contemplaba, crispado.
-¿Podrías
largarte ya,
Ahorón*?
-espetó. El rubicundo muchacho infló las mejillas, ofendido. Luego
frunció el ceño y recorrió el mismo camino que Tsukito, dándoles
un voto de confianza. Esperaba que no se pelearan de nuevo una vez
que no tuvieran a nadie para separarlos.
Por
fin, los dos chicos estuvieron a solas en el luminoso corredor.
Takeru cruzó los brazos sobre su pecho mientras sus ojos se
suavizaban un poco.
-Te
has pasado -comentó-. ¿Cabeza de alga? ¿Tengo pinta de ser idiota?
Kaori
negó con la cabeza mientras un leve rubor cubría sus mejillas. Era
media cabeza más alta que él, algo que la había acomplejado en
gran medida desde que sus sentimientos por él fueron establecidos.
-Eso
te pasa por cogerme de la mano sabiendo que alguien nos podría haber
visto -contraatacó. Ahora fue el turno del dios para sonrojarse. Se
llevó una mano temblorosa a la nuca, rascándose de los nervios.
-Solo
ha sido un pequeño descuido -murmuró, aunque de pronto salió de su
ensoñación-. Un momento. ¿Desde cuándo lo que hay entre nosotros
debe ser un secreto? ¿Qué te da tanto miedo que ocurra si alguien
se entera?
Kaori
se mordió el labio.
-No
es... el miedo a que se sepa... -empezó. Su cara tomó un tono
carmesí más intenso-. Tenemos una personalidad tan parecida, tan
explosiva que aún me parece estar soñando algo como ésto. Me
resulta extraño poder... compartir momentos contigo. Pienso que si
digo en voz alta que te quiero, todo se desvanecerá y me despertaré
otra vez sola -agarró la manga de la chaqueta de Takeru por el
borde, incapaz de mirarlo directamente-. Además, siempre estás con
Yui, que es bajita y adorable...
Takeru
parpadeó incrédulo.
-¿Estás
celosa? -inquirió el dios. La chica abrió unos ojos como platos y
se tomó unos instantes para digerir las palabras del chico. ¿Lo
estaba? ¿Ella? Sí. ¿Qué otra cosa podía ser si no celos? Algo
tan mezquino se correspondía con su personalidad. Una vez más, se
cuestionó si estaba bien tener una relación con él.
Asintió,
imperceptible. Takeru alzó una mano, queriendo acariciarle el
rostro, pero se detuvo a medio camino, percatándose de algo. ¿Cuándo
Kaori se había convertido en alguien tan importante para su vida que
el simple echo de intentar tocarla le aceleraba las pulsaciones? No
lo recordaba. Surgió un día, sin más.
Tomando
una nueva actitud, el chico entrelazó una mano con la de ella y la
llevó casi a rastras por el pasillo en dirección al aula.
-¡Takeru...!
¡Espera! ¿Qué...?
-Te
lo he dicho miles de veces. No me importa que seas mas alta que yo.
No me importa que no seas tranquila, bajita y delicada como Yui. Ni
me importa si estás celosa o no. Porque Kaori es Kaori, y me enamoré
de ella por quien es, no por el concepto que tenga un puñado de
almas invocadas por Zeus para ser nuestros compañeros. Olvida las
malas palabras de gente que no existe. Olvídalo todo, y mírame solo
a mí. Te quiero. Acéptalo de una vez -se detuvo delante de la
puerta-. Y si no lo logras, yo te ayudaré.
La
abrió bruscamente. La clase en conjunto ladeó la cabeza ante el
ruido, incluido Thoth, que ya había empezado la explicación sobre
las placas tectónicas que conformaban la Tierra. Los otros dioses,
en un alarmante silencio pusieron sus ojos en las manos entrelazadas
de los chicos. En algunos, la sorpresa que les desdibujaba la cara
era casi cómica.
-Take-Take,
¿por qué...? -la boca de Apolo formó una gran “O” que no se
molestó en ocultar.
Takeru
infló el pecho, desafiando a cualquiera que se atreviese a decir
algo negativo. Se preparó para hablar, sin embargo le costó al
verse observado.
-¡Yo...!
¡Kaori es...! ¡Ella...! -balbuceó. Enrojeció violentamente y
trató de serenarse. Una mano se posó sobre su hombro; una mano
cálida que le dio todo el apoyo que necesitaba. Cerró los ojos y
con decisión pronunció-. A partir de ahora, Kaori me pertenece.
Nadie
tiene
derecho a tocar a la chica que quiero, a mi
chica.
Si alguien se la juega... -alzó la mano que tenía libre y la cerró
en un puño-. ¡Se las verá conmigo!
Loki
empezó a reírse a pleno pulmón, con las manos al estómago. La
situación se volvió caótica a continuación. Apolo, Yui y Balder
se aproximaron a Takeru, totalmente pasmados. Lo atiborraron a
preguntas a la vez, incomodando al chico cada vez más hasta que,
cansado, respondió de forma mordaz y con cara de pocos amigos. Por
otra parte, Dioniso colocó su palma en la cabeza de Kaori y comenzó
a moverla de un lado a otro.
-¿Al
final os habéis atrevido a decirlo, eh? Ya era hora después de
tanto secretismo e incursiones nocturnas -dijo risueño el dios del
vino.
-¡Dioniso!
¿Lo sabías? -exclamó Takeru señalándolo con el dedo. El chico
alzó una ceja, como si la pregunta de su compañero estuviese fuera
de lugar.
-Soy
el dios del vino y la fertilidad. Cuando estáis juntos, segregáis
una cantidad de endorfinas demasiado grande como para lograr respirar
a vuestro lado. Por supuesto que lo había notado.
Hades
emitió un sonido parecido a una carcajada entre dientes.
-Par
de tontos -espetó, tranquilo-. No negaré que me habéis
sorprendido.
-¡A
mi no! -anunció Loki. Éste saltó de la silla y se acercó a
saltitos a la pareja. Lo sé desde hace un buen rato. Um... ¿Cómo
era? ¡Ah, sí! -se aclaró la garganta, preparado para hablar-.
“Porque
Kaori es Kaori, y me enamoré de ella por quien es, no por el
concepto que tenga un puñado de almas invocadas por Zeus para ser
nuestros compañeros. Olvida las malas palabras de gente que no
existe. Olvídalo todo, y mírame solo a mí...”
-¡¡AAARGH!!
-gritó Takeru, fuera de sí-. ¡Pero cierra la boca, imbécil! ¡Te
mataré!
Loki
le sacó la lengua mientras corría por el aula con el dios del mar
detrás de él. Todos en el la estancia prorrumpieron en risas a
excepción de una única persona, la cual carraspeó y golpeó su
mesa con vehemencia.
-Hanabi,
Totsuka. Quiero veros a los dos en la biblioteca después de clase
-ordenó Thoth, serio-. Los demás, ¡estáis castigados hasta nuevo
aviso! ¡Vais a estar una hora dando vueltas a la escuela!
Takeru
se situó al lado de Kaori y disimuladamente entrelazó los dedos con
los de ella. Mientras los demás no miraban, le dio un corto y casto
beso en los labios, apenas alzándose un poco en las puntas los pies.
-No
te preocupes. Yo te protegeré -declaró. Kaori creyó que su corazón
se saldría del pecho, y se obligó a respirar con normalidad. Vio
tal amor en los ojos de Takeru que no tuvo dudas, no se atrevió a
tenerlas.
Si
estoy con él, definitivamente todo irá bien. Sí, porque te quiero
más que nadie.
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*Ahorón: Apolo + Ahou (idiota).
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*Todos los derechos reservados.
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