El
Djinn no dijo palabra en todo el trayecto, pensativo y serio como nunca lo
había visto. Llegamos a un barrio apartado y sombrío y por fin me depositó en
el suelo, pero no me soltó. Tras abrir el portal y subir las escaleras,
atravesamos una puerta con un número en placa reluciente. Cerró tras él,
conduciéndome hasta el sofá delante de una chimenea de leña, que estaba
apagándose. Hongbin se la quedó mirando; alzó la mano. La madera crujió sobre sí
misma y el fuego encontró vía para seguir creciendo. El chico me observó en
silencio y me pareció que fruncía el ceño.
-Estás
helada –comentó. Tenía razón, temblaba como una hoja cogiéndome los brazos con
las manos. Hongbin desapareció en una de las habitaciones y volvió con una
manta que colocó sobre mis hombros. Me arrebujé en ella, esperando entrar
rápidamente en calor y que los dientes dejaran de castañetearme.
-Gracias
–balbucí. Quería preguntarle tantas cosas… pero solo se me ocurrió una-. ¿Qué
haces aquí, en este piso?
Hongbin
se encogió de hombros.
-¿No
es obvio? Aprovecho mi libertad condicional –se dio cuenta de que no lo seguía
y puso los ojos en blanco-. No creerías que iba a vivir contigo en esa
habitación minúscula toda la vida, ¿verdad? Soy un genio, pero tengo mis
principios de intimidad.
Enrojecí.
No había pensado en ello.
-Y
ya que fuiste tan amable de permitirme ir y venir cuando quisiera y desde donde
quisiera –continuó-, lo mejor que podía hacer era habilitarme un lugar temporal
para pasar los días.
-Pero...
¿cómo lo has conseguido? Es decir… ¿Has chasqueado los dedos y de pronto esto
era tuyo?
Hongbin
arqueó las cejas, sorprendido por mi extraña suposición.
-No.
He decidido hacerlo lo más humanamente posible –puso las manos en vertical para
que no lo interrumpiera-. Lo he hecho por placer. Podría haber actuado como has
dicho y ahorrarme el trabajo. Pero a todos nos gusta jugar a los Sims alguna
vez, ¿verdad?
-¿Cuando…?
-Cada
día que pasabas en el instituto, aclaraba el papeleo del piso. Bueno, en
realidad tuve que falsificar algunos.
-¿QUÉ?
¿Falsificaste documentación? –exclamé, horrorizada.
Se
encogió de hombros.
-No
creo que fuera muy conveniente decirle a un simple abuelo que la persona con la
que estaba tratando es en realidad un ser celestial al que le gustaría comprar
un piso.
Me
imaginé la cara del anciano por la confesión. Primero le preguntaría si estaba
bajo los efectos de las drogas, y segundo, le patearía el trasero por decir
“tonterías”. Se me escapó la risa ante la mirada desconcertada del genio.
Se
instauró un silencio en el que traté de recuperar el aliento. Teníamos que
pasar a cosas más serias.
-¿Cómo
me encontraste? –dije, bajando la voz. No hizo falta aclarar a qué me refería.
Acercó una mano a mi cuello; me retiré, atenta a cualquier movimiento
infrecuente. Pero los dedos solo me rozaron un poco la piel antes de cernirse
sobre el llamador.
-Esto
está conectado a mí. Siento su presencia por muy lejos que estés. Estaba
volviendo después de pasar por aquí, quería decirte lo de mi piso, suponiendo
que tus amigos se habrían ido –pronunció “amigos” con cierto desdén que pasé
por alto- y me las arreglé para interceptarte. Entonces vi al hombre sobre ti.
En cuanto me vio, salió corriendo en la dirección contraria. No me dio tiempo a
utilizar mis dones. ¿Qué quería…?
La
expresión que me ensombrecía el rostro lo calló.
-La
llave. Una llave –lo miré-. No sabía que la llave era yo. Si no, me hubiera
secuestrado.
-No
lo hubiera dejado –cortó. Agradecí su consideración.
-Hongbin
–lo nombré-. ¿Por qué soy la llave del infierno? Solo quiero ser normal… llevar
una vida corriente… Graduarme, tener una carrera y esas cosas. ¿Por qué yo?
Por
vez primera, el Djinn era incapaz de contestarme.
-No
lo sé –confesó-. Conozco a una persona que sí podría saberlo. Llama a tu amigo
alado.
-¿Mi
amigo…? –Tardé en caer que se refería a Ken-. Ah… ¿Crees que es buena idea?
-Te
han estado vigilando desde que naciste. Por algo será, ellos mismos lo dijeron
–tamborileó los dedos sobre el mentón y me forcé a desviar los ojos de sus
carnosos labios-. Como sea, deberías quedarte aquí hasta que sepamos lo que
está pasando.
Saqué
el teléfono móvil, que por suerte no se había roto con la agresión de hacía
unas horas. Marqué el número de mi mejor amigo y tras solo dos toques su
risueña voz contestó al otro lado.
-¿Alice?
–preguntó, extrañado-. ¿Ya me echas tanto de menos que no puedes esperar al
lunes para verme en clase?
Mis
comisuras se curvaron ligeramente hacia arriba.
-Es
importante, Jae –y añadí-. Me han atacado en la calle.
Separé
el auricular de mi oreja cuando Ken empezó a chillar.
-¡¿Que
qué?! –se oyó un jadeo-. ¿Estás bien? ¿Estás herida?
-No
del todo. Estoy bien. Hongbin me encontró a tiempo –suspiré, consciente del
alivio que suponía recordarlo-. Pero el hombre no cesaba de repetir que le
diera La Llave.
Al
otro lado de la línea no se oía otra cosa que la rápida respiración del
medio-ángel.
-¿Ken?
–susurré, insegura.
-Ya
empiezan –gimió él. Su tono, la manera en que lo dijo me desconcertó.
-¿Qué
es lo que empiezan? Jae Hwan, me estás asustando.
-Alice,
estás en un peligro más grave y más prematuro de lo que imaginaba –dijo
finalmente-. No deben saber que la llave eres tú. Si lo hacen, pueden obligarte
a que abras las puertas del infierno. Si esto sucediera… sería el fin del
mundo.
Un
escalofrío me recorrió la espalda y miré a Hongbin, que lo había escuchado todo
y paseaba de un lado a otro como en mi casa la otra noche. No flotaba, y no sé
si podía considerarlo buena o mala señal.
-Jae
Hwan… -empecé.
-¿Dónde
estás? –me preguntó-. En casa sueles llamarme con el teléfono fijo.
-Estoy
en casa de Hongbin. No creo que mi hogar sea un lugar seguro por ahora. Me
quedaré aquí y le diré a mis padres que estoy en tu casa y que tenemos que
hacer un trabajo que cuenta el 40% de la nota final del curso. Así tengo excusa
para toda la semana ¿Te importa?
-No,
claro que no. Pero sé de alguien que no va a estar demasiado contento de que
estés con ese genio –automáticamente pensé en Leo, y con rapidez deseché esa
idea. Su amigo odiaba al Djinn, pero no se opondría si se trataba de mi seguridad-. La línea no es segura. Pásame la dirección de Hongbin. Me reuniré
con Leo y te explicaremos las cosas mejor.
Dirigí
un breve asentimiento y tras darle la información, colgué. De nuevo introduje
un número, el de mis padres. Éstos no estaban demasiado contentos con el
planning de la semana, pero me revelaron que su trabajo –y las vacaciones- les
exigía diez días más de ausencia aproximadamente, por lo que acabaron
accediendo a que no me quedara sola en un piso tan grande.
-Listo
–anuncié, guardándome el móvil en el pantalón-. ¿Y ahora qué?
-Toca
esperar. Pero tú no puedes hacerlo con el estómago vacío –sacó de no sé dónde
una caja cuadrada con las letras “Pizza
Quattro Stagioni” y me la plantó delante.
Mis
cejas se levantaron, estaba pasmada.
-¿Comida
basura? –pregunté. Hongbin esbozó una breve sonrisa.
-Comida basura.
Porque Hongbin es taaan majo y sensual? Maldita sea xD.
ResponderEliminarPor cierto, cuando leí la palabra rebují o algo asi me partia de risa jajaja
Voy a morir con Hongbin... en serio, si sigue siendo tan adorable alguien se pondrá celoso jajajajaajjaajajaj me lo como (?)
ResponderEliminarY dios, lo de la llave me recuerda a Sobrenatural cuando Dean y Sam abren las puertas del infierno safknsdfkjsdkgsdjkghsd me encanta loool
Sigue que me muero en uno de estos días ajajajaja
Waaa!!!! enserio la cosa se pone cada vez mas buena >u< me quede impactada con eso de la llave para las puertas del infierno enserio ella podría ser la causa del fin del mundo O.O todabia estoy en Shock aun que supongo que no puede ser un gran problema que ella se quede con Beannie por unos cuantos días quisas quien sabe que pase entre esos dos e.e pero de seguro Leo se va aponer hecho una furia pero no le queda mas remedio que aceptar :p y después de todo al parecer Hongbin no odia tanto a los humanos como para querer vivir como uno y todo gracias a Alice >u< unnie el capi esta Daebak enserio me dejas cada vez mas sorprendida con tus giros en la historia pero tengo que admitir que me gustan bastante y siguela por fis sube pronto otro capi *^*
ResponderEliminarYa sabes lo que pienso de tus comentarios <3 Ten cuidado, que en el proximo capitulo, tu, y las dos personas más que leen el fic os vais a angustiar muchísimo. xDD
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